Sinopsis



SINOPSIS

La obra para músicos y actores Panteón de fiesta de Mercedes Gómez Benet presenta en este nueva puesta en escena, -a manera de concierto didáctico-, un enfoque lúdico dirigido a toda la familia.
La música en vivo será presentada por el Ensamble Tierra Mestiza, cuya trayectoria de más de una década incluye obras mexicanas tradicionales en arreglos de música de cámara y obras especialmente escritas para el grupo por compositores interesados en subrayar la importancia de la música de México y América Latina, sea popular o académica.
El guión de la obra para este concierto didáctico aborda el tema de la fiesta del Día de Muertos en México. Parte de las creencias mexicas sobre el Mictlán, -el cielo que correspondía a las personas fallecidas de muerte natural,- y las une con las tradiciones populares mexicanas.
- Pobrecito Procopio, tan joven.
- ¿Quién lo diría? ¡Tan sano que era!
- No somos nada.
- ¡Polvo somos, acuérdate!
- ¿Cómo que se murió? ¡Si me debía!...
Procopio, el personaje principal, ha muerto. Ahora deberá atravesar siete pruebas para llegar al Mictlan, el lugar de los muertos. ¡Su principal problema es que no sabe que está muerto, se siente solo y le cuesta trabajo aceptar su nueva realidad!
- ¿Qué es esto, dónde estoy? Si hace cinco minutos le ayudaba yo a mi hijo a hacer su tarea… ¿Perdón, señor, dónde estoy?
- ¿Cómo que dónde está? ¿Qué no ve?
- Yo estaba en la mesa de mi casa, no me había ido a ningún lado. Le digo que estaba en el escritorio con mi hijo, leyendo cómo los aztecas tenían diferentes cielos para la gente, según se iban muriendo. ¿Dónde estoy?
El Día de Muertos en México es una combinación de distintas tradiciones y culturas. Su origen mexica explica que quienes morían de muerte natural llegaban al Mictlan. Los deudos colocaban un altar durante los siguientes siete años, para así ayudar a que el difunto atravesara las pruebas que le correspondían, según el tipo de muerte. El altar se adornaba con comida, velas, flores de cempasúchil (cempoalxóchitl o flor de muertos) y pulque, entre otras ofrendas. Posteriormente, esta fiesta se combinó con la celebración católica de Los Fieles Difuntos del 2 de noviembre. Desde entonces, cada noviembre, muchas familias mexicanas colocan un altar y honran la memoria de sus muertos. La vida y la muerte siguen adquiriendo -desde tiempos prehispánicos y ahora en nuestro siglo también-, un significado de continuación.
- ¿Y usted, Señor, de qué se murió?
- Yo me caí de borracho contra un metate, se me partió todo el hueso este, mire nomás qué frentazo mortal.
- ¿Y usted?
- A mi me cayó un molcajete en la cabeza.
- ¡No puede ser! ¿Y se recuperó del golpe?
- ¡Uy, sí, cómo no!
- ¿Pues qué no sabe en dónde está?
- Un brindis por el despistado, que le traigan un caldo de hueso de camarón del desierto.
Durante su travesía, Procopio irá descubriendo el inframundo, aquí presentado en el contexto de la cultura popular actual. Se enfrentará a peligros tremendos, como la Terrible Lagartija, los Ocho Desiertos y las Montañas Chocadoras, entre otros. 
A lo largo de la obra y acompañado con música popular mexicana, Procopio comprenderá su propia muerte y se dará cuenta de la importancia de la vida y su importancia, ayudado y guiado por el sabio perro Xolo.
- ¿De quién es la fiesta?
- Su fiesta suya de usted, señor. ¡Todo el panteón está de fiesta por usted! No tema. Sujétese de mis orejas.
- ¿Y por qué haces esto, perro?
- Por puritito respeto a la vida de los muertos.
- ¿Y a la muerte de los vivos?
- Con su venia, señor, es lo mismo…

Esta nueva puesta en escena estará a cargo de Emmanuel Márquez y sus actores-titiriteros, además de los cuatro músicos que conforman el Ensamble Tierra Mestiza (Gerardo Tamez, Carlos García, Teodoro González y Mercedes Gómez), dirigidos por su fundador, guitarrista y compositor Gerardo Tamez, galardonado en 2018 con la Medalla Bellas Artes.
La nueva versión escénica se acompañará con títeres de diferentes tamaños, diseñados con un sentido visual moderno que retoma lo tradicional y lo afinca en nuestro siglo.

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